Mamá

Mamá

Estar en el día de la madre lejos de mi mamá no es fácil. 

Hablamos todos los días por teléfono, la acompaño a hacer mandados y entre la atartazón del día a día siento que estoy con ella, aunque por el momento nos separe la mitad de un continente. 

Atarantada. Esa es mami, va de cuarto en cuarto de la casa, ayudando a todo el mundo, todavía recogiendo regueros que no son de ella, com si estuviera programada para ayudar. No se queda quieta. Esa misma energía que tenía para criar a 4 parece que la entreno para una maratón eterna de no quedarse quiera. Ella hace cosas todo el tiempo, pocas de esas cosas resultan ser solo para ella. Hiperactiva. Inteligente. Terca. Alcahueta.

Pero de chiquita la veía como ese refugio perfecto.  

Mami siempre me olía rico, y la cama de ella era la mejor para dormir. Hacernos puñito era uno de los highlights de mis días. Creo que por eso le costaba tanto dormirme, quería alargar ese momento lo más que pudiera. Posiblemente venía agotada y yo no la dejaba dormir. Igual estaba tranquila siempre y me abrazaba nada más, esperando ese momento en que yo cerrara los ojos y dejara de jugar. En algún momento pasaba. 

Cuando íbamos a Heredia a ver a mi abuela cantábamos canciones de su época y aunque ninguna es la mejor cantante, la pasábamos increíble y me entrenó para futuras noches de plancha así que win-win. Una vez nos ganamos un CD de Ricardo montaner porque mami contestó una pregunta en la radio y dijo que él era acuario; igual que ella.

Son esos miles de recuerdos random los que quedan. 

Siempre he sido muy pegada a ella. Ahora me hace mucha falta. Criando a Olí y ella estando lejos me hace valorar mucho el tiempo de calidad que tengo con Oli. Y a veces me escucho siendo ella, y repitiendo las mismas cosas que me gustaban de ella. Tengo unos zapatos enormes por llenar.

Mami dice que el mejor regalo que le he dado en la vida es a Oli. Pero creo que el mejor regalo que le puedo dar es criar a Oli como una mujer feliz, independiente y fuerte. Como ella. 

Es un legado más que un regalo, pero es lo mejor que puedo hacer mientras estamos lejos.

Mientras tanto me meto en las cobijas y me hago puñito con Oli mientras la intento dormir, pienso en que estos van a ser los momentos que valore más si en algún momento estamos lejos y mi corazón se pone feliz sabiendo que al final del día lo estamos haciendo bien.