Feliz día mamá

Feliz día mamá

Quiero hacerle un tributo más crudo más real.. menos adornado y mágico.

Ser mamá no es fácil, es cansado. Se pierde el abdomen perfecto, se rasga la piel, se abren las caderas, se carga con (mínimo) 9 kilos de más solo en la panza. Se da a luz y se crea luz. Se llora mucho, se sacrifica más. La recompensa no se entiende. Hasta que vos a la vez te convertís en mamá. Y ahí te das cuenta de todo lo que das sin importarte nada.

Se pierde el egoísmo; el yo primero. Te entregás a una persona que no te ama tanto como vos a ella. Y no te importa. No te importa el día de la madre, ni tu cumpleaños, ni las navidades… Sos segundo lugar para todo y, ¿qué importa?

Mi mamá es mamá por 4. Valiente. Mis hermanos y yo nos llevamos una diferencia de 2 años entre cada uno. Más valiente todavía. Una casa llena de chiquillos. Nos peleamos mucho, somos nuestros jueces más severos y los críticos más grandes. Somos entre nosotros también , el apoyo incondicional, cómplices eternos y puerto seguro. Mami, nos dio esto.

Mami también nos dio… todo.

A los cuatro nos quiere como buena madre quiere a sus hijos.

Desde que estaba en la panza tomo decisiones que pensó eran las mejores. Así como a mi, le tocó ir al hospital conmigo y verme llorar. Eso que ahora me parte el alma, le partió la suya en su momento. Le tocó atrasar paseos por buscar a Pamelo -se acuerdan de pamelo?- porque sin él yo no me iba a jinguna parte. Le tocaron mis malacrianzas en donde fueran. Le tocaron besos embarrados y manitas sucias y pegajosas. Le tocó lavar ropa y quitar manchas. Le tocó inventar trucos para que comiera. Le tocó irnos a buscar a la escuela porque nos sentíamos mal y agarrarme falsamente enferma solo para faltar a la escuela. Le tocó mi brazo quebrado. Mi nariz quebrada. Mi clavícula quebrada. Mi nariz nuevamente quebrada. Le tocó mi adolescencia. Que no fue fácil. Le tocó ponerme límites y que yo me los saltara. Le tocaron cartas de perdón. Le tocaron risas y querer metérmele en la cama todavía a mis 19. (A mis 28) le tocó ser mi mamá. Y a ninguna mamá le toca fácil. Le tocó una hija que la admira, que la imita.

A mi me tocó esa mamá que lleva y trae de karate, la sinfónica, natación, basket, fut . Me tocó la mama que andaba conmigo en el carro. Y la mamá que llenaba de magia el árbol de navidad y los días de pascua. Me tocó también una mamá que lloraba en el baño para que no la oyéramos cuando estaba agotada. Me tocó una mamá regañona que no me daba todo, pero se hacía un bodoque conmigo en la cama para dormir mejor . Me tocó una mama fuerte! Porque si nos es de Olivia que saco fuerzas para seguir es del ejemplo de mi mamá. Que lejos de ser perfecta y la mejor mamá del mundo (estoy convencida que es prácticamente imposible) es una mujer valiente, fuerte, amorosa, guerrera, entregada. Me tocó una mamá real, no de cuento, me tocó una mamá que se equivoca pero trata de hacer lo mejor. Y por eso Estoy agradecida. Agradezco su ejemplo. De ella aprendo. por ella estoy, por ella soy.

Gracias mamá que mi regalo para vos es ser mi mejor versión todos los días, Olivia y yo te amamos infinito.