Muchas veces saliendo de las citas, salimos con un pequeño peso extra en la espalda. Otras veces salimos con sabor de éxito en la boca, pero por lo que llevamos de la vida de nuestra valiente guerrera han sido más las primeras que las últimas.
En una de estas citas nos dieron la noticia de que Oli tendría que usar férulas por un rato mientras se le fortalecen ciertos músculos. Así que mi esposo y yo con un nudillo en la garganta nos volvemos a ver sonreímos y cambiamos el mindset, nos apoyamos pensando en todas las ventajas que tenemos y lo agradecidos que estamos.
Ese día mi papá me envió un mensaje diciendo que nos amaba y apoyaba en un momento difícil, yo le respondí, con el amor más grande, que estos por dicha no eran momentos difíciles que estábamos felices y agradecidos de que todo esto se pudiera hacer para nuestra pequeña.
Y así será, sacaremos los moldes de sus piernas, haremos las férulas, serán de color morado y disfrutaremos del proceso que nos toca vivir. Porque solamente así Oli podrá disfrutarlo también.
En muchas citas, a pesar de muchísimo esfuerzo, nos dicen que Olivia esta baja de peso o que va a su ritmo, no son siempre son las mejores noticias, pero siempre, siempre nos hacen querer tratar un poquito más.
Y así seguiremos en cada una de las nuestras citas esperando un éxito, una felicitación por parte de los doctores, un “todo va bien”. Habrán otros días que saldremos con más impulso para mejorar las cosas y darle a Oli todo lo que necesita, como lo harían muchos otros.
Esta bien llorar de vez en cuando pero igual de importante es limpiarse las lágrimas y agradecer.
Que se venga lo que se venga porque tenemos la suerte de tenernos.